A las pocas horas de la intervención, el paciente puede levantarse y usar el lavabo de forma autónoma en la mayoría de los casos. También podrá caminar por la habitación y por la sala de forma pausada.
Después de la operación recibirá la visita del fisioterapeuta, que le indicará algunos ejercicios que puede hacer y las acciones que debe evitar: levantar objetos pesados y flexionar el cuerpo durante las primeras semanas.
Es conveniente que realice paseos cortos y frecuentes con la finalidad de favorecer la circulación sanguínea de las piernas y evitar contracturas o rigidez. Al principio puede que tenga molestias al estar sentado durante mas de 20 o 30 minutos, pero de forma progresiva aumentará la tolerancia.
Le recomendaremos qué medicamentos debe tomar para controlar el dolor y la inflamación mientras se recupera. Asimismo, al alta le daremos una cita para revisar el estado de la herida quirúrgica y para remitirlo a rehabilitación.
Le aconsejaremos que empiece una pauta de rehabilitación de forma precoz, a los pocos días de la cirugía. Un equipo de profesionales se encargará de aplicar las terapias físicas y de enseñarle los ejercicios adecuados en cada momento de su recuperación.
La práctica de ejercicio físico suave sin impacto puede empezar alrededor de las 6 semanas tras la operación, dependiendo de las molestias que tenga. La bicicleta estática puede ser un ejercicio adecuado en las primeras fases de recuperación. De forma progresiva podrá introducir otros deportes como la natación o correr.
Los trabajos que no requieren esfuerzo físico, como el de oficina, pueden empezar a partir de las 3-4 semanas en función de su tolerancia. Para aquellas actividades que requieran actividad física intensa, la demora será de aproximadamente 3 meses.