Los pacientes con hidrocefalia aguda, ocasionada a raíz de un mecanismo obstructivo, tumoral o por sangrado intracraneal suelen presentar síntomas desde horas a pocos días de evolución.
Urgencia neuroquirúrgica
Estos casos se tratan de una urgencia neuroquirúrgica, por lo que precisan de monitorización en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y, con frecuencia, soporte ventilatorio. La colocación de un drenaje ventricular externo o derivación ventrículo-peritoneal alivia la presión intracraneal y suele ser el primer paso en el tratamiento de un proceso tumoral o una hemorragia intracraneal.
Hidrocefalia subaguda o crónica
Los pacientes afectados de hidrocefalia subaguda o crónica pueden presentar un aumento progresivo de la PIC y unos síntomas más atenuados, debido a que actúan los mecanismos de compensación de la presión intracraneal. Suelen programarse para una cirugía de implantación de derivación ventrículo-peritoneal (DVP), si se descarta una causa obstructiva.
Hidrocefalia obstructiva
En los casos de alta sospecha de hidrocefalia obstructiva (quistes o membranas aracnoideas, tumores de crecimiento lento…) es posible el tratamiento primario de la causa obstructiva, mediante resección tumoral o fenestración abierta o endoscópica del quiste o membrana aracnoidea.
Hidrocefalia normotensiva
Por su parte, los pacientes con la llamada hidrocefalia normotensiva, suelen presentar síntomas relacionados con deterioro cognitivo con más frecuencia, alteración en la marcha y/o alteración de esfínteres. En estos pacientes el diagnóstico etiológico es primordial a la hora de elegir el tratamiento más adecuado. La colocación de un drenaje ventricular externo o derivación ventrículo-peritoneal suele ser el tratamiento más habitual. Pueden usarse diferentes tipos de válvulas de derivación ventrículo-peritoneal, de presión de apertura fija o programable.