¿Qué es una fractura vertebral?

Una fractura vertebral consiste en la ruptura de una vértebra. Como sabemos, las vértebras están formadas por el cuerpo en su parte anterior, por los pedículos en su parte mediana y por las láminas, las articulaciones, y las espinosas en su parte posterior. La rotura de cualquiera de las partes que forman una vértebra se considera una fractura vertebral. Puede afectar a las vértebras de la columna cervical, de la torácica, de la lumbar, del sacro o del coxis.

Causas de una fractura vertebral

Las fracturas vertebrales tienen múltiples causas:

1. Traumatismo

Las fracturas que se producen como consecuencia de un accidente (tráfico y/o laboral) son las más frecuentes. Puede producirse un traumatismo en el que se fracturan varias vértebras.   

2. Osteoporosis

Otra causa muy frecuente de fracturas en la columna vertebral es esta enfermedad que, como sabemos, es un problema relacionado con el metabolismo del hueso, que se caracteriza por tener una menor densidad ósea, siendo entonces más débil.

3. Otras enfermedades

Es posible una fractura vertebral como consecuencia de otra patología, como por ejemplo los tumores. Hay tumores primarios (que se originan en el hueso) que afectan directamente el hueso, lo debilitan hasta romperlo y luego están los secundarios (las metástasis, cuando el tumor se origina en otro lugar y luego viaja hasta el hueso). Otras posibilidades son la extensión al hueso de una infección (osteomielitis, tubercolosis), el hipertiroidismo no tratado correctamente, etc.

4. Tratamientos

Otras causas de fracturas vertebrales son el tratamiento crónico con corticoides, la quimioterapia y la radioterapia.
 

Síntomas de una fractura vertebral

Los síntomas de las fracturas vertebrales dependerán de su localización, del tipo de fractura y de la causa.

Dolor por la rotura del hueso

El síntoma más frecuente es, sin duda, el dolor de espalda causado por la ruptura del hueso. Este puede localizarse solo en la zona de la fractura o puede ser irradiado, es decir, localizarse a distancia, por el hecho de que alguna zona nerviosa (médula y/o nervios) están comprimidos por algún fragmento roto que se haya desplazado de su posición habitual como consecuencia de la fractura.

Déficit neurológico

En los casos más graves, además del dolor con o sin irradiación, puede presentarte algún déficit neurológico que puede afectar a la parte sensitiva (con pérdida de sensibilidad en alguna zona, tronco y o extremidades) y/o motora (con pérdida de movimiento de alguna área anatómica), que suele ser por el daño causado por el fragmento desplazado sobre las estructuras nobles (médula y nervios).

Diagnóstico de las fracturas vertebrales

El diagnóstico de una fractura, además de la identificación de los síntomas previamente descritos y la exploración física, se realiza con la ayuda de las pruebas de diagnóstico complementarias. La radiografía (Rx) ha sido el método más utilizado para identificar una fractura y, hoy día, es todavía muy útil, pues nos permite ver la vértebra rota. 

Es importante, sin embargo, una vez identificada una fractura vertebral, completar el estudio con una serie de pruebas que nos permitirán clasificar correctamente la fractura e identificar así el tratamiento más adecuado para la misma. Estas pruebas, que veremos a continuación, en algunos casos, nos permiten también identificar la fractura cuando la radiografía no sea concluyente:

El escáner (TC)

Nos permite estudiar en detalle las estructuras óseas de la vértebra, afectadas por la fractura. 

La resonancia magnética (RM)

Nos permite identificar y confirmar la fractura. Gracias a ella podemos determinar la inflamación presente, la resolución o curación de la fractura (aguda/crónica) y las partes blandas afectadas por la fractura (médula, nervios, ligamentos, tendones). De esta forma, podemos clasificarla y escoger la mejor opción terapéutica. 

La radiografía de cuerpo completo (EOS)

Nos ayuda a estudiar la fractura en el contexto general del resto de segmentos vertebrales y del equilibrio de las diferentes curvaturas presentes (cifosis, lordosis). Esto nos permite analizar diferentes ángulos (como el de la cifosis angular de la vértebra fracturada y de las vértebras adyacentes-superior e inferior) pudiendo ayudarnos a predecir qué fracturas, aunque parezcan leves, pueden presentar complicaciones y necesitan de tratamientos más agresivos desde el principio.

Tratamiento de las fracturas vertebrales

El tratamiento de las fracturas vertebrales es muy variable. Se basa en el tipo, causa, localización y características de la fractura y en la presencia, o no, de los síntomas neurológicos asociados por compresión de la médula o los nervios.

Se puede realizar un tratamiento conservador o un tratamiento quirúrgico, así como una combinación de ambos.

MANEJO CONSERVADOR

El manejo conservador se realiza en aquellas fracturas que no se consideran peligrosas. Es decir, en las que no hay riesgo de complicaciones secundarias y que no presentan síntomas neurológicos desde el principio. 

Este se basa en el uso de diferentes fármacos que ayudan a reducir el dolor. En ocasiones puede ser necesario el uso de corset u órtesis, que puede ser fabricada a medida dependiendo del tipo de fractura y de su localización. En caso de problemas metabólicos o endocrinológicos, se tratará de corregir, con o sin la ayuda de fármacos, los problemas causantes relacionados. 

El manejo quirúrgico es muy variable y dependerá del tipo de fractura, de su causa y de la localización. En algunos casos puede ser necesario inyectar cemento dentro de la vértebra (vertebroplastia, cifoplastia), sobre todo en caso de fracturas osteoporóticas, refractarias a tratamiento médico. 

Puede ser necesaria una estabilización posterior de la fractura con la colocación de unos tornillos posteriores, que pueden ser colocados de manera percutánea (mini invasiva) y/o abierta. Estos tornillos, dependiendo del tipo de fractura, pueden ser retirados en el momento en el que se considera la fractura curada, generalmente entre 8 meses y un año.

CASOS MÁS GRAVES

En los casos más graves, puede ser necesaria la realización de una fusión vertebral, para bloquear definitivamente el segmento afectado por la fractura. Esta cirugía se puede realizar en diferentes tiempos quirúrgico, además del tiempo quirúrgico posterior para la colocación de los tornillos, citado precedentemente, puede ser necesaria la colocación de implantes en la parte anterior de la columna, que nos sirven para recambiar completa o parcialmente la vértebra fracturada (corporectomía). 

FRACTURA SECUNDARIA

Cuando se trata de una fractura secundaria a causa tumoral puede ser necesario extraer toda la vértebra (vertebrectomía) para su estudio, en cuyo caso se remplaza con otra artificial. En casos seleccionados se realiza simplemente una biopsia de la vértebra para su estudio, ya que existen algunos tipos de tumores óseos que se tratan con fármacos (quimio y/o radioterapia).

Raramente, en las causas traumáticas y/u otras, la cirugía se realiza de manera urgente para evitar complicaciones mayores, sobre todo cuando hay una compresión directa sobre las estructuras neurológicas (médula y/o nervios). En estos casos puede ser necesaria la descompresión directa de las estructuras afectadas, realizando una laminectomía (resección de los elementos posteriores de la vértebra) posterior. La cirugía de descompresión con laminectomía se suele completar con la estabilización de los segmentos con tornillos posteriores con o sin soporte anterior con vértebra artificial. 

¿Qué médicos tratan las fracturas vertebrales en el Instituto Clavel?

Fuentes

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  • Barbagallo et al., Restoration of Thoracolumbar Spine Stability and Alignment
  • in Elderly Patients Using Minimally Invasive Spine Surgery (MISS). A Safe and Feasible Option in Degenerative and Traumatic Spine Diseases. DOI 10.1007/978-3-319-39546-3_11

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