¿Qué es la epidurolisis por adherencias?

Esta intervención, a la que también se denomina adhesiolisis epidural, neurolisis epidural,  neuroplastia epidural o procedimiento de Racz, consiste en destruir el tejido de fibrosis que se forma en el espacio epidural de la columna vertebral tras la cirugía de hernia discal (cicatrización), para disminuir el dolor producido por la compresión de los nervios.

¿En qué casos se realiza?

El propósito principal de la epidurolisis es la rotura de las adhesiones epidurales. Esta fibrosis produce dolor radicular, por efecto mecánico, debido al trauma repetido producido cada vez que las raíces nerviosas se estiran y se comprimen contra estas cicatrices.

Además, esta técnica consigue la aplicación de los fármacos empleados (anestésicos locales, hialuronidasa, corticoides, ozono, etc.) exactamente en el lugar de la lesión, es decir, en aquellas raíces afectadas, y también posibilita la aplicación de radiofrecuencia sobre los ganglios raquídeos afectados.

De esta forma, está indicada en los siguientes casos:

1.

Nula o mala respuesta al tratamiento médico conservador y a la infiltración epidural en varias oportunidades.

2.

Dolor lumbar posterior a múltiples cirugías de espalda.

¿En qué consiste la intervención?

Antes de la realización de la técnica, es necesaria la firma del consentimiento informado que incluya todas las posibles complicaciones del procedimiento. 

En el caso de que se decida sedar al paciente, hay que tener en cuenta que durante el procedimiento es importante que el paciente colabore para poder descartar un efecto compresivo sobre la médula espinal al administrar los medicamentos.

Este procedimiento siempre se ha de realizar bajo control radioscópico, y siguiendo las recomendaciones habituales de radioprotección.

Siguiendo la técnica indicada, el procedimento sería el siguiente:

1) Colocación del paciente boca abajo con la cabeza hacia un lado, con una almohada bajo el abdomen de modo que disminuya la curvatura de la columna vertebral y los pies en rotación externa para facilitar el acceso al espacio peridural.

2) Monitorización básica del paciente.

3) Esterilización de la zona de punción.

4) Infiltración con anestésico local del punto de entrada. Se puede infiltrar profundizando con aguja intramuscular hasta contactar con hueso.

5) Comprobación de la posición correcta de la aguja con visión radioscópica anteroposterior y lateral. Previa aspiración negativa de sangre o LCR, se procede a administrar el contraste.

6) Inserción del catéter a través de la aguja introductora. El hecho de doblar la punta del catéter unos 15º, puede facilitar la maniobra para dirigirlo hacia la zona deseada. A veces son necesarios varios intentos para que progrese el catéter a través de la zona fibrosada.

7) Una vez alcanzado nuestro objetivo, se procede a la aspiración negativa y se administran 5-10 ml de contraste a través del catéter. Esto nos permite observar hacia dónde se extiende el contraste y hacia dónde no, de modo, que podemos detectar qué parte del espacio epidural tiene mayor grado de fibrosis y qué raíces están más afectadas.

8) Una vez alcanzado el punto diana con el catéter se realiza, a través del espacio epidural, radiofrecuencia pulsada del ganglio dorsal de la raíz afecta. Para ello se conecta el catéter de Racz por medio de una pinza de cocodrilo al aparato de radiofrecuencia y se sigue el procedimiento habitual de estimulación sensitiva a 50 Hz y motora a 2 Hz con una impedancia adecuada. Se realiza lesión pulsada entre 4 y 8 minutos, según los autores.

9) En este momento, se administran 1.500 UI de hialuronidasa disueltas en 4-10 ml de suero salino estéril isotónico, seguidas de una inyección lenta y fragmentada de 10 ml de ropivacaína 0,2% o levobupivacaína 0,25%, junto con el corticoide, preferentemente 40 mg de acetato de triamcinolona.

Recuperación y rehabilitación

En el postoperatorio inmediato el paciente es monitorizado de forma básica y se le dará el alta una vez comprobada la función vesical y motora. Se recomienda que la zona intervenida permanezca seca durante al menos 48 horas. Después de este periodo se permiten las duchas, pero los baños de inmersión no se deben realizar hasta la menos 7-10 días después.

Este procedimiento suele producir una mejora significativa del dolor y la función motora. Por ello, es conveniente comenzar lo antes posible a practicar ejercicios físicos que mejoren el tono muscular y favorezcan el estiramiento de la columna vertebral. La recomendación es practicar dos veces al día durante unos 5 minutos por sesión. Si fuese necesario repetir la terapia, se debería esperar unos 3 meses entre la realización de una técnica y otra.

Riesgos de la epidurolisis

Ante cualquier déficit sensorial o motor persistente, habrá que plantear la realización de una resonancia magnética nuclear (RMN) para descartar posibles complicaciones severas, especialmente compresión medular, hematoma, absceso, etc.

¿Qué médicos realizan la intervención en el Instituto Clavel?

Fuentes

  • Trinidad JM, Torres LM. Epidurolisis o adhesiolisis lumbar: técnica de Racz. Rev Soc Esp Dolor 2011; 1: 65-71.

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