Existen tres zonas de la columna vertebral donde pueden aparecer hernias y cada una se clasifica de forma distinta dependiendo de la región en la que se encuentre en la columna vertebral. Además, en función de la localización en la que se encuentre en la vértebra, tendrá otra clasificación. A continuación, hablaremos de los tipos de hernia y de cómo pueden afectar a su día a día, si no son tratadas.
Si en algún momento te diagnosticaron una hernia en la columna vertebral, lo que te sucedió, básicamente, fue que uno de los discos de la columna, o parte de él, se rasgó y por ende se abrió. Esto provoca que el contenido de su interior migre, pudiendo generar presión sobre los nervios adyacentes, lo que desemboca en síntomas.
Esta patología puede crear un desequilibrio en la calidad de vida de las personas que la padecen por dolor, además de una persistencia del dolor, aumento del mismo o síntomas por problemas de las raíces o de la médula al verse comprimidas por la hernia.
¿Cuántos tipos de hernias hay?
Como te contamos en un inicio, existen varios tipos de hernia que se pueden alojar en la columna vertebral. Nuestra columna vertebral está dividida en zona lumbar (parte baja de la espalda), la zona torácica (la parte media) y la cervical (es decir, la parte alta de la espalda), en alguna de estas tres áreas es donde suelen manifestarse, pero son más frecuentes a nivel lumbar y cervical.
¿Qué te parece si las revisamos en detalle? ¡Vamos allá!
Hernia discal lumbar: el síntoma más común de una hernia de este tipo es el dolor de espalda baja. Además, el paciente también puede experimentar un dolor que se proyecta hacia la pierna, glúteo o muslo generando alteraciones de la fuerza y sensibilidad en la extremidad, incluso alteraciones del control de esfínteres en casos más graves.
Estos síntomas aparecen como consecuencia de la presión que ejerce la hernia sobre los nervios. El dolor suele ser mayor cuando la persona tose, se sienta o levanta peso. La hernia discal lumbar afecta, comúnmente, a personas con edades entre los 30 y 50 años.
La mayoría de las veces no es necesario una intervención quirúrgica, salvo sea para liberar a la raíz nerviosa comprimida, que es la responsable de la sintomatología que experimenta el paciente, especialmente si hay signos de disfunción de la raíz (alteración de la sensibilidad o fuerza en la pierna) o persistencia del dolor pese al tratamiento conservador.
Saber más sobre las hernias de disco lumbares
Hernia discal torácica: es la menos frecuente y entre sus síntomas destaca un dolor entre la zona de las escápulas y la parte alta de la espalda. Al igual que en la patología anterior se pueden presentar alteraciones de la fuerza y sensibilidad en las extremidades y en el abdomen, y en casos muy aislados disfunción de esfínteres.
Inicialmente, su tratamiento suele ser conservador, el médico puede indicar medicamentos y terapias de rehabilitación. No obstante, si el paciente no da señales de mejora, la cirugía podría ser el siguiente paso, sobre todo si hay otros síntomas además del dolor.
Hernia discal cervical: este tipo de hernia puede desarrollarse producto de algún traumatismo o lesión del cuello, malas posturas o degeneración por la edad.
El paciente puede experimentar dolor en el brazo, que se genera cuando el material del disco herniado presiona sobre un nervio cervical, así como entumecimiento, hormigueo o debilidad de un brazo o parte de él. Además, si la hernia comprimiese la médula, puede haber síntomas en ambos brazos junto con debilidad en las piernas o alteración del control de los esfínteres.
Esta sintomatología puede variar de una persona a otra. Un paciente puede experimentar todos los síntomas o solo uno de ellos, y lo más conveniente es que acuda a un centro de salud especializado para recibir atención médica.
Para aliviar el dolor causado por una hernia de disco cervical existen opciones de tratamiento no quirúrgico, entre ellos, la fisioterapia, el cambio de hábitos posturales y el ejercicio supervisado. En caso de verse afectada la médula o el nervio, pudiese requerir algún tipo de intervención quirúrgica.
Más información sobre las hernias de disco cervicales
Ahora, ya sabes cuáles son los tipos de hernias discales que existen. Conoces sus síntomas y cómo pueden afectarte, pero falta lo más importante: aprender a prevenirlas en la medida de lo posible. Para ello, te dejamos una serie de recomendaciones que puedes poner en marcha.
- Siéntate con una postura correcta.
- Evita realizar sobreesfuerzos y cargar objetos con pesos excesivos.
- Controla tu peso.
- Practica deporte de forma moderada y responsable.
- Ingiere alimentos ricos en fibras, vitaminas y minerales.
- Elimina el tabaco de tu vida si eres fumador, ya que este absorbe los nutrientes y debilita tu organismo.
En Instituto Clavel nos ponemos a tu disposición en caso de requerir ayuda para tratar este tipo de patologías. Nuestra prioridad es mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes, por lo que valoramos cada caso de forma totalmente personalizada para elegir el tratamiento más adecuado.
En caso de que la mejor opción sea la cirugía, ¿sabías que existen opciones mínimamente invasivas para reducir los riesgos durante la intervención y el tiempo de recuperación? En Instituto Clavel, siempre que es posible, priorizamos este tipo de intervenciones. Una de ellas, en caso de hernia de disco lumbar, es la cirugía endoscópica, que permite reducir la manipulación de los tejidos blandos, minimizando el dolor tras la operación y manteniendo la estabilidad de la columna.
Saber más sobre la cirugía endoscópica de columna lumbar
Independientemente del tipo de hernia que padezcas y tu situación, nuestro equipo multidisciplinar trabajará de la mano contigo para ofrecerte el mejor servicio, en todas las etapas del tratamiento, y lograr que retomes positivamente tu rutina diaria.
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