Antes de su cirugía en Instituto Clavel, Elena Lauer no podía hacer cosas tan básicas como agacharse para hacer la cama, lavarse los dientes o dormir sin despertarse por el dolor cada vez que se movía. Pasó de practicar deporte de manera habitual a no poder caminar más de una hora sin dolor. Ella misma contactó con nosotros para compartir su testimonio y poder ayudar a más personas.
Conocer los testimonios de otras personas que han pasado por una situación similar puede ser de gran ayuda. Eso es lo que le sucedió a Elena cuando estaba buscando el centro en el que operarse para recuperar su calidad de vida. Encontró las historias de otros pacientes que se había operado en Instituto Clavel y decidió dar el paso. Tras operarse, ha querido contar su experiencia.
¿Cómo comenzó tu patología?
Tengo problemas de columna desde hace 18 o 20 años, pero conseguí más o menos gestionarlo gracias al deporte y a algunos tratamientos de la Unidad del Dolor. En aquel momento me plantearon la cirugía, pero las técnicas eran las tradicionales y el porcentaje de éxito no estaba cerca del 100%, así que no me atrevía.
Afortunadamente mejoré mucho hasta hace dos años y medio que, coincidiendo con que cogí el COVID, empecé a empeorar con muchísimos dolores de lumbalgia permanente. Hasta el punto de que no me podía doblar ni estar sin medicación constante.
¿Cómo afectaba a tu día a día?
Mucho, ni siquiera podía doblarme para hacer la cama o lavarme los dientes. Algo tan básico y “tonto”, pero que cuando no puedes hacer, no es lo es tanto.
Fui a muchos rehabilitadores, fisioterapeutas, osteópatas, acupuntores, quiroprácticos... Me hicieron también tratamientos en la Unidad del Dolor, pero he estado dos años y medio muy fastidiada, sin poder hacer deporte que es mi gran pasión. Yo antes practicaba combate, spinning, baile moderno... Era bastante cañera y espero poder volver.
Cuando me iba de viaje, si andaba más de una hora, al día siguiente casi no me podía ni mover. Entonces decidí que tenía que ponerle una solución porque no me daban ninguna que fuera menos invasiva. Pedí varias opiniones médicas y todos coincidían en que la única solución era la cirugía.
¿Cómo conociste a Instituto Clavel?
Una vez decidida, pasé a la fase de elegir cirujano y me puse a buscar por internet “como una loca”. Vi varias entrevistas del Dr. Ignasi Català, del Dr. Pablo Clavel y a otros miembros del equipo. Yo ya sabía que existía una técnica de abordaje anterior (por el abdomen), que la recuperación era más rápida y me enteré de que ellos la realizaban.
No obstante, para mí fue determinante leer testimonios y comentarios de otros pacientes, por eso yo también quería contar mi historia y servir de referente a otras personas que estén pasando por lo mismo.
Pensaba que solo estaban en Barcelona y estaba dispuesta a ir allí, pero después supe que estaban en Madrid, ¡y todavía mejor!
¿Cómo comenzó el proceso?
El primer doctor que me valoró fue Català, le llevé todas mis pruebas, el historial y a priori me dijo que la mejor alternativa era la cirugía. No obstante, solicitó más pruebas para determinar el tipo de cirugía, etc. Una vez las tenían, me explicaron todo y se puso en marcha el papeleo.
Yo tenía claro que quería operarme, tengo 45 años y yo no quería esa calidad de vida. Me negaba a pensar que no podía hacer deporte, caminar varias horas seguidas y estar con dolores constantes con mi edad.
¿Cómo te sentiste durante la cirugía?
El día de la operación estaba muy nerviosa, tenía mucho miedo, a pesar de que ya me había sometido a otras cirugías por otros motivos. Cuando me bajaron a quirófano que me despedí de mi pareja y “ostras” se me saltaban las lágrimas.
Pero fue genial porque en las cirugías anteriores recuerdo que te dejaban en un pasillo esperando en la zona de quirófano que solo te sirve para ponerte más nerviosa, pero en este caso no fue así. Según bajé estaba el anestesista ya esperándome en el pasillo, muy simpático. Al dormirme le dije “cuídame mucho, por favor”.
Cuando desperté estaba en la UCI y lo primero que recuerdo es al Dr. Català y al Dr. Sierra que vinieron a preguntarme si estaba bien y a decirme que había ido todo fenomenal. Enseguida me subieron a planta y casi no sentía dolor.
Al día siguiente el Dr. Sierra ya me dijo que tenía que levantarme y era alucinante, me daban ganas de recorrerme el pasillo porque no me dolía nada.
¿Qué tal fue la estancia en el hospital?
Fue todo fantástico, todos los días (estuve 4 días) alguien del equipo me venía a ver. Encantada de la vida con todos ellos, así como con las enfermeras del hospital.
Decías que practicabas mucho deporte, ¿ahora mismo que has podido recuperar?
Estoy caminando los fines de semana por el monte, que es cuando tengo tiempo, una media de 10 o 12 km al día, que antes de operarme era impensable. De momento no me han dejado hacer más.
Aparte de la columna, tengo un problema añadido en las caderas y la rehabilitación es de ambas. Aunque es cierto que desde me he operado, ha mejorado también porque antes andaba mal, mis posturas no eran las correctas y afectaban negativamente a la cadera.
De hecho, el último día que vi al Dr. Català me dijo que ya podía hacer pilates o yoga, pero el fisio todavía no me deja. Mejor despacio.
Aprovecho para dar las gracias, aparte de al Dr. Català y Dr. Mario Sierra por su ayuda, profesionalidad y cercanía, a Instituto Clavel Rehabilitación Barcelona. Tuve una consulta virtual con Daniel Pantaleón y luego varias llamadas de seguimiento con él, es un encanto, y me recomendó la rehabilitación en un centro aquí en Madrid. Se han interesado mucho por mi evolución y me he sentido muy acompañada. Voy despacio, pero con buena letra.
¿Y sientes dolor?
Apenas, solo alguna molestia similar a las agujetas. Por lo que me han comentado, la musculatura se tiene que adaptar a la nueva situación. La verdad es que es muy poco, no lo considero dolor.
Antes para agacharme a poner las cosas en el lavaplatos debía tener mucho cuidado porque me daba un ataque de lumbalgia cada vez que me doblaba, tenía que llamar al hospital... Una pesadilla que he vivido y ahora cada vez que escucho a alguien que tiene problemas de espalda, pero le da miedo operarse y pienso, si supieran lo que van a ganar en calidad de vida, se operarían.
Desde que me he operado ya he mandado el link de Instituto Clavel a varias personas, ¡no van a dar abasto! Me faltan palabras, de verdad. Me ha cambiado la vida, no puedo decir otra cosa.
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