Un tumor cerebral puede producir diferentes síntomas según la zona en la que se encuentra, su tamaño y la evolución de su crecimiento. No obstante, existen determinados signos generales que pueden alertarnos. Los repasamos.
Definimos tumor cerebral como una masa o crecimiento de células anormales en el tejido cerebral. Un tumor cerebral puede ser benigno, es decir, no canceroso, o maligno, cuando sí lo es. Independientemente de esto, pueden producir síntomas, ya que su aparición, sea cancerosa o no, puede interferir en el correcto funcionamiento del sistema nervioso.
Asimismo, el tumor puede ser primario o secundario. Hablamos de tumores cerebrales primarios cuando comienzan en el cerebro y secundarios o metastásicos cuando se originan en otras partes del cuerpo (mama, pulmón, riñón, colon, etc.) y se extienden hacia el cerebro.
Como decíamos al inicio, la localización del tumor en el cerebro y su tasa de crecimiento, son factores que pueden determinar el tipo de síntomas que tenga el afectado. A pesar de ello, hay signos y síntomas generales que pueden relacionarse con esta patología. Los detallamos a continuación:
- Dolores de cabeza repentinos, frecuentes e intensos.
- Pérdida de visión, visión borrosa o doble.
- Pérdida de oído.
- Náuseas o vómitos frecuentes que no están relacionados con problemas digestivos.
- Convulsiones.
- Dificultad para mantener el equilibrio.
- Pérdida de movilidad y/o sensibilidad en las extremidades.
- Dificultad para hablar.
- Nivel alto de cansancio o fatiga.
- Cambios en la personalidad y el comportamiento.
- Estado de confusión.
Como ves, se tratan de síntomas muy diferentes entre sí y pueden afectar a diferentes zonas del cuerpo, ya que el cerebro, junto a la médula espinal, conforma el sistema nervioso central, el encargado de la mayoría de las funciones de nuestro cuerpo: habla, visión, movilidad, etc.
Si aparecen uno o varios de estos síntomas de forma repentina o persistente, y no están asociados a otros problemas, lo más recomendable es acudir al especialista para que haga una valoración exhaustiva y pueda elaborar un diagnóstico.
Para ello, además de conocer los síntomas del paciente, se realizará un examen neurológico y pruebas de imagen como la resonancia magnética. Una vez elaborado el diagnóstico, si el tumor es accesible para realizar una resección quirúrgica (extraerlo), se hace directamente y se obtiene una muestra del tumor para su análisis posterior en el laboratorio.
Resección tumoral: cuándo se realiza, en qué consiste y recuperación
Sin embargo, hay casos en los que puede ser necesario hacer una biopsia cerebral previa. En concreto, si el tumor está localizado en un área delicada a nivel funcional, si el diagnóstico no es muy claro o si la zona es muy profunda y no se puede abordar mediante cirugía.
Este procedimiento se lleva a cabo para saber de qué tipo de tumor se trata y establecer el tratamiento más adecuado, sea quirúrgico o no.
Si el tumor está formado por células cancerosas, puede requerir radioterapia, quimioterapia o terapia con medicamentos dirigidos para controlar la enfermedad.
Desde Instituto Clavel, esperamos haberte ayudado con este artículo. Por supuesto, si lo que necesitas es atención personalizada, no dudes en contactar con nosotros para que podamos valorar tu caso.
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