El dolor lumbar o la lumbalgia, que surge de las articulaciones facetarias, se puede tratar de manera eficaz a través de un procedimiento terapéutico mínimamente invasivo. Hablamos de la radiofrecuencia térmica lumbar y, a continuación, conoceremos de qué se trata y su efectividad para el tratamiento del dolor.
La radiofrecuencia lumbar es un procedimiento que bloquea la transmisión de los nervios de las articulaciones interapofisarias durante un período largo, en comparación con el resultado que se obtendría si se utilizara un anestésico local más un corticoide. Este procedimiento utiliza una fuente de energía eléctrica que se le conoce como lesión por radiofrecuencia térmica.
El dolor lumbar puede ser incapacitante para muchas personas y las técnicas de radiofrecuencia son un recurso muy efectivo en el tratamiento de ese dolor crónico. Para su realización no se precisa anestesia general. No obstante, en Instituto Clavel se realiza una sedación del paciente.
Esto evita que, durante el procedimiento, que normalmente dura entre 30 y 45 minutos, la persona experimente una sensación dolorosa y desagradable de calor intenso.
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¿Cómo se hace una radiofrecuencia lumbar?
Se realiza en el quirófano en condiciones estériles utilizando un aparato de rayos X para guiar la colocación precisa de un electrodo en forma de aguja. El objetivo principal de este procedimiento será aplicar calor sobre el nervio en cuestión para así mitigar el dolor de la articulación interapofisaria. Para lograrlo se utiliza un equipo especial que genera y controla la energía sobre el electrodo.
El médico especialista en tratamiento del dolor, colocará el electrodo en una posición tangencial, ya que esto mejora los resultados. El procedimiento es ambulatorio, el paciente ingresa y es dado de alta en el mismo día, para mejorar los efectos de la radiofrecuencia térmica se administran anestésicos locales y corticoides a dosis bajas, para minimizar las molestias posteriores se prescriben analgésicos por vía oral.
La lesión por radiofrecuencia térmica lumbar no destruye el nervio, sino que altera la capacidad del nervio para conducir mensajes dolorosos. Esto puede proporcionar un alivio del dolor que puede extenderse hasta por 18 meses. Veamos a continuación los tipos de radiofrecuencia que existen:
- Radiofrecuencia térmica: con esta técnica se consigue aumentar la temperatura para una lesión tipo quemadura controlada y se emplea, normalmente, cuando hay una lumbalgia sin ciática. Previamente se debe hacer un bloque diagnóstico. Así que antes de quemar hay que demostrar que la lumbalgia está producida por ese nervio.
Por ello, se hace un bloqueo diagnóstico a través de un aparato de rayos X y se anestesia el nervio; si se va el dolor, se puede proceder entonces a la radiofrecuencia térmica.
- Radiofrecuencia pulsada: este procedimiento consiste en aplicar pulsos de energía a las raíces nerviosas, a través de una aguja o una sonda. A diferencia del procedimiento anterior, este es muy útil en el tratamiento de la ciática; así como en dolores de tipo neuropático. Se puede hacer sin un bloqueo diagnóstico porque no se produce lesión térmica nada.
Cómo se hace una radiofrecuencia lumbar
¿Qué hacer después de una radiofrecuencia lumbar?
El paciente será convocado a una cita de revisión 2 o 4 semanas después de su procedimiento, el tiempo lo establece el especialista según considere. Y es que durante ese tiempo la radiofrecuencia debería haber hecho efecto. Así que es importante que sepa que pueden pasar varios días hasta que se aprecien los resultados del tratamiento.
Tras haber realizado la técnica, el médico podría recomendarle al paciente que descanse durante las primeras 24 horas, pero puede regresar suavemente a sus actividades normales durante los próximos días. Los pacientes refieren a veces algunas molestias locales que responden favorablemente a los analgésicos. Generalmente pueden esperar un alivio del dolor durante 8 y 12 meses. A veces, incluso, la lumbalgia puede llegar a aliviarse hasta 18 meses.
Es importante que sepas que el procedimiento podría repetirse si el dolor regresa, siempre y cuando, la exploración clínica sea compatible y no hayan aparecido nuevos síntomas por otra causa. El tratamiento de radiofrecuencia lumbar debe ir acompañado de forma paralela con ejercicios de fortalecimiento isométrico de la musculatura de la espalda (llamado en ocasiones “core”).
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