Desde Instituto Clavel queremos ayudarte a resolver tus dudas en torno a las patologías de columna o de cráneo. En esta ocasión, el Dr. Ignasi Català, neurocirujano y subdirector del centro, habla sobre la ciática y su proceso de recuperación.
La ciática es una dolencia que afecta al nervio ciático, que se conforma por las raíces nerviosas L5 y S1. Esta afección se caracteriza por producir dolor que se irradia desde dicho nervio, en la parte inferior de la espalda, hasta la cadera, el glúteo y la pierna. Lo más habitual es que afecte únicamente a un lado del cuerpo.
La intensidad del dolor es variable, desde una molestia hasta un dolor agudo incapacitante para la persona afectada. También puede tener otros síntomas asociados como el entumecimiento o la debilidad muscular de la zona afectada.
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¿Por qué se produce un pinzamiento en el nervio ciático?
La causa más habitual es la existencia de una hernia de disco lumbar que presiona el nervio ciático o la estenosis de canal, que es un estrechamiento del canal lumbar y que puede afectar a las raíces nerviosas L5 y S1, produciendo dolor.
También puede haber otras causas menos frecuentes como el crecimiento óseo excesivo (se conoce como artrosis facetaria lumbar) y otras enfermedades como la diabetes o la existencia de un tumor.
Teniendo en cuenta estas causas, existen diferentes factores de riesgo que aumentan la probabilidad de padecer un pinzamiento del nervio ciático como la edad, la obesidad o la profesión del paciente, ya que estar muchas horas sentado, cargar peso o realizar giros de espalda frecuentes pueden favorecer su aparición.
Por otro lado, esta patología también puede producirse por un accidente. Sea como sea, nuestra recomendación es acudir al especialista lo antes posible para que valore la situación del paciente y recomiende el tratamiento más adecuado en cada caso. Es especialmente urgente recibir atención médica si se produce alguna de estas situaciones:
- El dolor se produce por un accidente.
- Se produce dolor intenso y repentino, acompañado de entumecimiento, hormigueo o debilidad en la pierna afectada.
- Pérdida del control de esfínteres.
¿Un nervio ciático dañado se recupera?
Generalmente, la respuesta es sí. En la gran mayoría de los casos, el dolor producido por la ciática cesa tras unas semanas con tratamientos conservadores, sin necesidad de pasar por quirófano. Entre dichos tratamientos conservadores se encuentran las siguientes opciones:
- Medicación para el dolor.
- Fisioterapia rehabilitadora.
- Actividad física personalizada.
- Pautas de cambio de hábitos.
- Bloque epidural para aliviar el dolor.
En caso de que estas opciones no sean efectivas y el dolor del nervio ciático continúe, es posible que el especialista valore la cirugía, aunque dependerá, principalmente, de la causa. Por ejemplo, si se trata de una hernia discal, puede que se indique la cirugía para extraer la hernia y liberar la presión sobre el nervio ciático.
Es decir, la cirugía indicada dependerá de la patología que produzca la ciática, por lo que es esencial que el especialista haga una valoración personalizada y lleve a cabo un diagnóstico preciso.
En Instituto Clavel, además de nuestra experiencia, que nos permite realizar una exploración detallada, contamos con la tecnología de diagnóstico más avanzada: el escáner EOSedge. Este nos proporciona una imagen en alta calidad completa de la columna del paciente de pie, lo que facilita determinar el tipo de lesión.
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¿Qué podemos hacer para prevenir la ciática?
Para terminar, el Dr. Català señala algunas recomendaciones que pueden ser realmente útiles para prevenir la ciática o el pinzamiento de nervio ciático.
- Cuida tu higiene postural. Tener buenos hábitos posturales diarios es fundamental para prevenir cualquier patología de columna. En el caso de la ciática, es especialmente importante cuidar la postura al estar sentados. Para ello, colócate con la columna recta y mantén las rodillas y caderas alineadas. También es importante que elegir un asiento con un soporte lumbar adecuado y reposabrazos.
- Practica ejercicio de forma regular. Caminar es una de las actividades más beneficiosas para la columna, pero también lo es mantener los músculos del abdomen y de la zona inferior de la columna fuertes. Nuestro consejo es que lleves a cabo estos ejercicios de forma supervisada para evitar riesgos. En caso de que ya hayas padecido patologías de columna, debes contar con la autorización de tu médico y adaptar los ejercicios.
- Presta atención a tus movimientos para realizarlos correctamente. Por ejemplo, cuando levantes objetos pesados, procura flexionar las rodillas y mantener la espalda recta. Coloca el objeto cerca del cuerpo y evita girar la columnar cuando estés levantándolo.
- Mantén un peso corporal adecuado. Si existe sobrepeso, se aumenta la carga en la columna vertebral, lo que puede favorecer la aparición de patologías de la columna.
No obstante, queremos recordar que no siempre es posible prevenirla porque, como indicábamos en el apartado de causas, puede estar asociada a otras patologías.
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