Una laminectomía lumbar se realiza para tratar el estrechamiento del espacio por donde pasan la médula espinal y las raíces nerviosas. También en casos de hernias discales. Si has escuchado hablar sobre este procedimiento y quieres saber más sobre qué es exactamente y cómo es la recuperación, te invitamos a leer este artículo.
También conocida como laminectomía descompresiva lumbar, es la cirugía que se utiliza con más frecuencia para tratar la estenosis espinal en la parte baja de la espalda. Con ella se busca aliviar la presión en las raíces nerviosas que conforman la denominada cola de caballo. Dicha presión puede ser causada por cambios en la columna vertebral producidos por el envejecimiento.
A continuación, enumeramos los principales síntomas que puede experimentar un paciente, y que después de una evaluación previa por parte del médico, lo convierten en candidato para realizar este tipo de cirugía:
- Entumecimiento y calambres en las piernas.
- Debilidad en las piernas.
- Dificultad para caminar y falta de equilibrio.
- Problemas con el control de esfínteres.
Laminectomía lumbar: cirugía paso a paso
Cuando el especialista haya dado su diagnóstico, y se determina este tipo de cirugía como la mejor opción para tratar al paciente, se procede a programar la intervención quirúrgica. Para llevar a cabo la técnica, se utiliza anestesia general y se tumba al paciente boca abajo en la mesa quirúrgica.
Una vez hecha la incisión, el cirujano procede a separar la musculatura para llegar hasta la estructura ósea, donde se fija la zona a tratar con un separador quirúrgico. En este punto los médicos empezarán a trabajar, ya sea sobre una parte de la lámina en la columna (hemilaminectomía, que corresponde solo a un lado) o de la lámina entera (laminectomía).
En este punto los médicos comienzan a extraer la lámina o una parte de ella, y posteriormente hacen lo mismo con un ligamento que está ubicado debajo de esta. Cuando logran terminar con la extracción, consiguen liberar los elementos neurales y, de esta forma, alivian la presión que estaban experimentando las raíces de los nervios raquídeos.
En algunos casos será necesario que el cirujano movilice físicamente los nervios y las raíces que pueden estar bloqueados o fijados a la estructura ósea, producto de la patología que sufre el paciente.
Entre las ventajas de llevar a cabo esta técnica están las siguientes:
- Evitar la desestabilización de la columna vertebral.
- Obtener una descompresión de los elementos neurales.
- Mantener la movilidad fisiológica del paciente.
Conoce a la Dra. Baños, médico que realiza esta cirugía en Instituto Clavel
Laminectomía lumbar: recuperación
Una vez que el paciente haya despertado de la cirugía y el efecto de la anestesia haya pasado, el médico lo animará a levantarse y dar algunos pasos. Generalmente el tiempo de estancia hospitalaria no supera los 3 días. En Instituto Clavel, una vez que pasen dos semanas tras la operación, enviamos al paciente a fisioterapia para que termine de recuperarse.
Sin embargo, tras la operación de laminectomía lumbar, el paciente no debería estar en constante reposo. Se recomienda más bien que comience con paseos de entre 5 y 15 minutos durante el día y asista a sus consultas de rutina, donde las enfermeras valorarán el estado de la herida. Y una vez valorado por el médico, sabrá si puede volver progresivamente a sus actividades habituales.
Al retomar la actividad física lo mejor será evitar ejercicios de alto impacto y aquellos que involucran flexo-extensión y rotación. Por lo tanto, para iniciar, se recomiendan actividades con bicicleta estática y natación. Antes de realizar este tipo de actividades, es conveniente que calientes los músculos, y estires según las recomendaciones que te dio el médico.
Si durante el proceso de recuperación presentas alguno de los siguientes síntomas, lo mejor es que acudas al médico:
- Escalofríos o fiebre superior a los 38°C
- Dolor en la zona done le practicaron la cirugía
- Pus en la herida
- Pérdida o cambio de sensibilidad en las piernas y los pies
- Dolor en el tórax y dificultad para respirar
- Hinchazón en la zona de la herida
- Dolor en las pantorrillas
- Dificultad para orinar y controlar sus deposiciones
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