Los síntomas de una hernia de disco cervical pueden variar según la localización del disco herniado. En este artículo encontrarás los tipos de hernias cervicales más comunes y los síntomas que puede llegar a experimentar la persona que los padece. ¡Toma nota!
La hernia discal cervical es junto con la hernia de disco a nivel lumbar, una de las patologías de la columna vertebral que más se diagnostican. Sin embargo, este tipo de afección no es sinónimo de una intervención quirúrgica. No todas las hernias de este tipo se operan.
Una cosa es una hernia que comprime las raíces nerviosas y otra cuando apenas sale del disco. A esta última se le conoce como una protrusión. Esas protrusiones rara vez se deben intervenir. La cirugía siempre será la última opción a la que recurra el médico cuando trate este tipo de patologías. Pero el hecho de que no todas se operen no quiere decir que no causen molestias.
Tipos de hernia de disco cervical: síntomas
Los patrones de dolor están estrechamente relacionados con la zona en la que se localiza el disco herniado. Por ello, en el siguiente apartado abordamos los tipos de hernia cervical más comunes y los síntomas que puede experimentar el paciente de acuerdo con la ubicación del disco herniado en la columna cervical.
- Hernia discal cervical C4 C5: tiene lugar cuando el núcleo pulposo, que está ubicado dentro del disco intervertebral, se rompe y sale del anillo que lo recubre. Una hernia a este nivel puede generar dolor en los hombros y debilidad en el músculo que se encuentra en la parte superior del brazo, conocido como deltoides. El paciente no suele experimentar entumecimiento y hormigueo.
- Hernia de disco cervical C5 C6: es de las hernias cervicales más comunes. Entre los síntomas que se pueden presentar destaca la debilidad en los bíceps y en los músculos extensores de las muñecas. El paciente puede experimentar dolor, entumecimiento y hormigueo que se irradia hacia el dedo pulgar.
¿Quieres saber más sobre la hernia cervical C5 C6?
- Hernia cervical C6 C7: el paciente experimentará debilidad en los músculos que se encuentran en la parte posterior del brazo y se extienden al antebrazo, conocidos como tríceps. Además, esa debilidad se puede irradiar hasta los músculos extensores de los dedos, así como presentar entumecimiento y dolor irradiado a los dedos índice y anular. Junto con la hernia discal C5 C6, esta es también una de las más comunes en donde se pueden desarrollar este tipo de patologías.
- Hernia discal cervical C7 T1: este nivel se localiza en la parte inferior del cuello. Es precisamente en este punto donde la columna cervical se junta con la espalda alta o torácica. Cuando una hernia se ubica en esta posición puede causar debilidad en la empuñadura, es decir, el paciente puede experimentar cierta dificultad para tomar los objetos con la mano. Además, puede sufrir entumecimiento, hormigueo y dolor que se irradia hacia el brazo, hasta la zona del dedo meñique de la mano.
En caso de que el paciente requiera tratamiento quirúrgico, en Instituto Clavel consideramos que la cirugía de ADR o artroplastia es una de las mejores alternativas ya que permite conservar la movilidad natural de la columna. Esta técnica consiste en sustituir el disco cervical dañado por una prótesis artificial que imita un disco natural sano. En caso de que no sea posible, otra opción es la artrodesis o cirugía de fusión.
Hernia discal cervical: síntomas y tratamiento
Después de abordar los síntomas según la ubicación del disco herniado, queremos exponerte de forma general otros que pueden aparecer e interrumpir tus actividades diarias. Es importante identificarlos a tiempo para acudir al especialista lo antes posible y así garantizar el tratamiento adecuado.
- Cervicalgia: se caracteriza por dolores constantes en el cuello debido a algún tipo de esfuerzo o por mantener una mala postura. Tras cada nuevo episodio el dolor tarda más en desaparecer y más bien se repite con intervalos de tiempo más cortos. Puede ir asociada a mareos y vértigos.
- Radiculopatía (cervicobranquialgia): suele llamarse “nervio pinzado” y se produce cuando un nervio del cuello se comprime o se irrita en el área donde se ramifica desde la médula espinal. Genera un dolor en el cuello transmitido por hombro, brazo y dedos. Es una dolencia continuada que puede llevar al paciente a padecer de trastornos nocturnos como el insomnio y hormigueos en el brazo y/o la mano. En casos más graves puede aparecer la disminución de la sensibilidad y la fuerza.
- Mielopatía: se produce cuando se comprime la médula espinal en la zona del cuello y se genera una alteración de la marcha. Además, el paciente experimenta la afectación de esfínteres o anomalías en la sensibilidad de la fuerza en extremidades inferiores y superiores. Las personas de mayor edad suelen sufrir estos síntomas con más frecuencia.
¿Cómo saber si tengo una hernia cervical?
La historia clínica y la exploración física del paciente serán claves para confirmar un diagnóstico de hernia discal. Sin embargo, el médico realizará también pruebas de imagen como la resonancia magnética o la radiografía dinámica de columna cervical.
En nuestro caso, contamos con el escáner EOSedge, que nos permite obtener una imagen de pie del paciente para ver su columna completa. Esto nos permitirá determinar la alineación de la columna, saber si hay inestabilidad entre las vértebras, entre otros parámetros, que pueda explicar el origen de la hernia y la relación del disco intervertebral con los componentes anatómicos vecinos.
Recuerda que siempre puedes consultarnos: ¡con gusto te atenderemos!
Tratamiento para la hernia cervical
Como mencionamos al inicio de este artículo, la mayoría de los pacientes que sufren una hernia cervical no necesitan cirugía. El médico recurre a un tratamiento no quirúrgico que alivia los síntomas en cuestión de cuatro a seis semanas.
Ese tratamiento consiste en:
- Medicación para el dolor
- Fisioterapia
- Mejora de hábitos posturales
Cuando el tratamiento conservador no alivia los síntomas o existen sospechas de una compresión de la médula espinal, entonces será necesario pensar en otras alternativas como las terapias intervencionistas para el dolor o la cirugía. Esta última consiste en una extracción completa del disco (discectomía), seguido por el implante de un dispositivo espaciador o una prótesis total de disco.
A continuación puedes conocer la experiencia con esta cirugía de uno de nuestros pacientes: Santiago Esteve.
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