Nuestro equipo médico repasa algunos ejercicios que no están recomendados en caso de hernia cervical. Toma nota para prevenir el dolor y que el estado de la hernia no empeore.
Una hernia discal se puede desarrollar en cualquier parte de la espina dorsal. La mayoría ocurren en la zona lumbar pero las cervicales no se escapan de sufrir por esta causa. La hernia discal de cuello se produce cuando un disco intervertebral degenerado se rompe por un punto de su circunferencia, su contenido sale y presiona un nervio cervical.
La rotura de disco puede darse por efecto de su envejecimiento o deterioro natural, pero también puede producirse en personas jóvenes a causa de un traumatismo, un golpe violento o un esfuerzo mal realizado.
Los síntomas de una hernia de disco cervical dependerán mucho de su ubicación en el cuello y de qué nervio esté presionando. Sin embargo, generalmente afectan a un lado del cuerpo y el paciente suele quejarse de:
- Dolor en el hombro o el brazo: puede producirse al realizar determinados movimientos, estornudar o toser.
- Debilidad: los músculos cercarnos a la hernia discal cervical suelen debilitarse, por lo que la capacidad de tomar objetos con la mano puede verse afectada.
- Hormigueo en el brazo: la hernia puede provocar entumecimiento u hormigueo que se irradia desde las raíces nerviosas afectadas hasta los músculos que sirven. En este caso, a los brazos.
Dicho esto, enumeramos esos siete ejercicios prohibidos para que lo tomes en cuenta si sufres de una hernia discal de cuello.
¿Qué debo evitar si sufro de una hernia discal cervical?
- Evita correr: este deporte es considerado como de alto impacto. Por naturaleza requiere de un mayor esfuerzo físico y básicamente te obliga a despegar los pies del suelo, con lo cual ejerces una fuerza que triplica el peso de tu cuerpo. Por ello, correr con una hernia discal cervical debe estar en el primer lugar de tu lista de ejercicios prohibidos.
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Practicar tenis y pádel: en el caso del tenis la fuerza que se ejerce es menor que cuando corres o saltas la cuerda. Sin embargo, conlleva una serie de movimiento con los brazos bastante bruscos, que podrían empeorar tu patología. Y en el caso del pádel, las propias características del juego hacen que los impactos sean mayores que en el tenis.
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Jugar al fútbol: esta práctica es considera también un deporte de alto impacto y definitivamente es algo que una persona con hernia cervical no debería hacer. En un determinado momento de su ejecución, uno de los pies pierde ese contacto con el suelo volcando todo el peso hacia un lado del cuerpo y esto podría ser contraproducente.
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Practicar baloncesto: existen investigaciones que confirman que la actividad física que involucra ejercicios de alto impacto como el baloncesto, son un factor de riesgo en el desgaste de las articulaciones y los huesos. Por lo tanto, no se recomienda que aquellas personas que sufren lesiones o presentan problemas en sus articulaciones los practiquen. Hay riesgos de que demasiado esfuerzo pueda complicar su patología.
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Bailar: si bailas o practicas danza, tu cuello se puede ver expuesto a giros bruscos, puedes sufrir traumatismos en la cabeza en caso de una caída, lo que podría comprometer la patología ya existente. Además, puedes sufrir alteraciones en las articulaciones intervertebrales.
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Montar en bicicleta: si no llevas una posición correcta en la bicicleta probablemente sufras dolor de espalda y cuello. Si a eso le sumas que ya tienes una lesión producto de la hernia discal el resultado no es muy alentador. Normalmente, la zona del cuello tiende a tensarse en exceso por lo que deberías evitar este deporte.
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Posturas de provoquen dolor: los músculos del cuello pueden distenderse por la mala postura, ya sea porque te inclinas mucho sobre el ordenador o tiendes a encorvarte sobre la mesa de trabajo.
Hernia cervical: ejercicios recomendados
Antes de proporcionarte esta información, ten en cuenta que debes consultar con tu médico cuáles ejercicios son recomendables para ti y cuáles no. Cada cuerpo es distinto y cada patología también, así que no empieces a practicar actividad física sin la supervisión de un especialista.
Entre los ejercicios recomendados están los siguientes:
- Natación
- Pilates
- Yoga
- Ejercicios de estiramiento
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