El cuidado de nuestras vértebras y los discos intervertebrales que las unen es fundamental para seguir manteniendo nuestro cuerpo activo, ¿cómo podemos evitar el deterioro que supone el envejecimiento? Te contamos cuáles son las principales enfermedades de columna vertebral degenerativas que pueden aparecer a partir de la edad adulta y cómo podemos prevenirlas.
Correr, caminar, saltar, bailar... Aunque normalmente no seamos conscientes de su importancia, la columna vertebral representa el eje a partir del cual se estructuran todos nuestros movimientos. A partir de los 30 años, sin embargo, tanto las vértebras como los discos intervertebrales comienzan a sufrir signos de desgaste, por lo que, si bien suelen ser una patología muy frecuente en la tercera edad, las enfermedades de la columna vertebral degenerativas también pueden manifestarse a edades tempranas.
Trastornos degenerativos de la columna vertebral: causas y síntomas
Una columna vertebral adulta está formada por un total de 26 vértebras unidas entre sí por discos intervertebrales, que facilitan su flexibilidad y movilidad, distribuyen el peso corporal y amortiguan los impactos derivados del movimiento de nuestro cuerpo. En la parte posterior de las vértebras existe un agujero circular denominado agujero raquídeo, que se conecta para formar el canal medular que alberga la médula espinal. Además, las vértebras también sirven de base para la sujeción de los músculos, tendones y ligamentos.
Esta estructura está perfectamente diseñada para permitirnos movernos con libertad pero, con el paso del tiempo o como consecuencia de algunas enfermedades, pueden producirse cambios degenerativos en la columna vertebral que afecten a las vértebras o a los discos vertebrales, como en el caso de las discopatías degenerativas. El tabaquismo, la vida sedentaria o el sobrepeso también aumentan el riesgo de sufrir este tipo de patologías.
A medida que envejecemos, nuestros discos vertebrales se deshidratan y pierden colágeno, lo que reduce su elasticidad y aumenta el riesgo de desgarros o roturas. Existen diferentes grados de degeneración discal, que es necesario evaluar como paso previo indispensable para el diagnóstico. En cuanto a sus síntomas, los primeros indicios que pueden indicar que sufrimos una enfermedad degenerativa de la columna vertebral es la aparición de dolores de espalda, que puede irradiarse a las extremidades superiores o inferiores, sensación de hormigueo o entumecimiento de las extremidades.
Principales enfermedades degenerativas de la columna vertebral
Discopatía degenerativa
Este trastorno se produce como resultado de la degeneración de los discos intervertebrales que unen cada una de las vértebras que forman la columna, reduciendo la distancia entre las vértebras y en consecuencia, su capacidad para absorber el impacto derivado de nuestros movimientos. Además, la degeneración discal también produce un estrechamiento del canal vertebral, con lo que los nervios y demás estructuras nerviosas que rodean a esta zona se comprimen, causando dolor.
La discopatía degenerativa o enfermedad degenerativa del disco es el resultado del proceso natural del envejecimiento, y se manifiesta sobre todo a partir de los 65 años, aunque los cambios degenerativos discales también pueden aparecer como consecuencia de lesiones de espalda. Ante unos discos lumbares desgastados, el tratamiento puede ser diverso, abarcando desde la cirugía a la fisioterapia o el uso de analgésicos y relajantes musculares.
Estenosis del canal lumbar
Esta patología, conocida también como estenosis espinal lumbar, se produce cuando la degeneración discal lumbar y los discos intervertebrales estrechan el canal vertebral y comprimen los nervios que conectan con las extremidades inferiores. En el caso de esta enfermedad degenerativa del disco lumbar, los síntomas más habituales son el dolor en las piernas y la parte baja de la espalda, sensación de debilidad o entumecimiento y dificultad para caminar. Ante estos cambios degenerativos en la columna lumbar, el tratamiento más habitual suele ser la cirugía, especialmente a partir de los 65 años.
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Hernia discal
La hernia discal es una de las enfermedades degenerativas de la columna vertebral más comunes. Cuando el anillo fibroso que contiene los discos intervertebrales se rompe, el núcleo pulposo sale fuera del espacio intervertebral y presiona las estructuras nerviosas, produciendo dolor. Dentro de esta patología, las más habituales son las hernias discales cervicales en el nivel C5C6 (quinta y sexta vértebras cervicales) y las lumbares a nivel de L4L5(cuarta y quinta vértebra lumbar) y L5S1 (la quinta vértebra lumbar y la prima vértebra sacra).
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Espondilosis
Este término representa el conjunto de la patología degenerativa de la columna y también se conoce como artrosis de la columna. Es una causa muy importante de dolor y tiene que ver principalmente con el hueso vertebral. La espondilosis puede afectar a cualquier parte de la columna, aunque es más frecuente en la zona cervical.
Espondilitis anquilosante
La espondilitis anquilosante es un tipo de artritis que afecta a la columna vertebral, causando dolor agudo y rigidez. La degeneración de los discos y la inflamación de los tejidos que conectan a los huesos con el arco vertebral afecta sobre todo a la espalda baja, la pelvis y las caderas, aunque suele extenderse a toda la columna. Esta condición produce una osificación casi completa de la columna que predispone a fracturas, dolor crónico y deformidad.
Espondilolistesis degenerativa
Esta enfermedad de la columna aparece cuando los cambios degenerativos intervertebrales deterioran los sistemas de apoyo de la vértebra y ésta se desplaza respecto al eje de la columna. Como resultado, el canal raquídeo se estrecha y se comprime la médula espinal. La espondilolistesis degenerativa es una enfermedad que afecta sobre todo a la cuarta y la quinta vértebra lumbar, cuyos síntomas más comunes son el dolor muscular y la rigidez muscular en la zona lumbar, que puede irradiarse hacia las nalgas y las piernas.
Prevención de los trastornos degenerativos de la columna vertebral
Como ves, las enfermedades columna vertebral degenerativas abarcan una extensa tipología de patologías, con tratamientos diferentes en cada caso. Es importante tener en cuenta que muchas de estas patologías son el resultado del proceso natural del envejecimiento por lo que la prevención es fundamental para retrasar su aparición y minimizar los síntomas adversos asociados a unos discos lumbares desgastados.
En este sentido, aunque la genética juega un papel importante en algunas patologías, mantener unos hábitos de vida saludables nos será de gran ayuda para prevenir o retrasar los cambios degenerativos disco-vertebrales, tal y como nos explica el doctor Clavel en este artículo.
La práctica deportiva regular, por ejemplo, es un hábito altamente recomendable para mantener en forma nuestro sistema musculoesquelético, siempre que adaptemos la intensidad de la actividad a nuestra condición física. A partir de los 35 años, los deportes de impacto pueden provocar una presión excesiva sobre nuestra columna y llegar a dañar los discos.
Caminar 30 minutos al día, sin embargo, es una actividad apta para personas de todas las edades y cualquier condición física, que no requiere demasiado esfuerzo, pero puede reportarnos enormes beneficios para la salud de nuestra columna y nuestro bienestar general.
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