El 90% de los casos de dolor en la columna vertebral se pueden resolver con tratamiento no quirúrgico, aunque hay circunstancias específicas en las que la cirugía sí es necesaria. La Dra. Varela nos explica en qué casos se indica la operación de hernia discal.
La hernia discal es un desplazamiento localizado del material del disco más allá de los márgenes normales del espacio del disco vertebral. El dolor se origina en el impacto de la raíz nerviosa por la hernia discal, que a su vez puede provocar daños en los nervios tanto por las vías mecánicas como químicas.
Entre cada vértebra se encuentra un disco intervertebral. Los discos están formados por una sustancia gelatinosa, llamada núcleo pulposo, que suministra amortiguación a la columna espinal, y por el anillo fibroso, que es un anillo cartilaginoso que rodea al núcleo pulposo y lo mantiene intacto cuando se aplican fuerzas a la columna espinal. Los discos intervertebrales permiten la flexibilidad de la columna y actúan como amortiguadores durante las actividades diarias tales como caminar, correr y saltar.
Cuando el anillo fibroso se rompe, el núcleo pulposo sobresale de los límites de la vértebra y se produce la hernia, generando , según su tamaño y localización, dolor lumbar y/o dolor en las extremidades (si comprime una raíz nerviosa)
Hay tres tipos de hernia discal según su localización: hernia discal cervical (región del cuello), hernia discal dorsal (región torácica de la espalda) y hernia discal lumbar (región baja de la espalda).
El dolor de una hernia de disco puede ocurrir repentinamente, y el tratamiento adecuado puede ayudar a que desaparezca en poco tiempo. El reposo, los analgésicos/antiinflamatorios y la rehabilitación pueden aliviar los síntomas de hernia discal. Pero no en todos los casos esto es suficiente y puede ser necesario recurrir a una cirugía de hernia discal.
Consecuencias de no operarse una hernia discal
Cuándo se opera una hernia discal
Ya sea cervical o lumbar, los síntomas de una hernia discal pueden ser muy diferentes. Aunque el más común es el dolor en brazos y piernas, hay otras señales que pueden alertarnos de que debemos acudir a un médico que pueda diagnosticar la hernia discal e indicar si es necesaria la cirugía.
La Dra. María Dolores Varela, especialista en cirugía mínimamente invasiva de columna, señala cuáles son los tres factores de riesgo de hernia discal a los que debemos prestar especial atención y cuándo es necesario operar una hernia discal:
- Debilidad muscular en las extremidades, como dificultad a la hora de coger objetos, levantar el brazo o tropezarse al deambular por dificultad para elevar la pierna o el pie. Si la debilidad llega a impedir que muevas las extremidades debes acudir a urgencias.
- Falta de sensibilidad y sensación de hormigueo o entumecimiento en brazos, piernas, glúteos o pies. Si nos tocan o pellizcan en estas zonas y no notamos nada, debemos acudir al médico.
- Alteraciones en los esfínteres. La zona en la columna lumbar donde nacen los nervios que se encargan de controlar los esfínteres anales y de la vejiga, es susceptible de sufrir hernias con consecuencias importantes y de rápida instauración. Si tienes incontinencia urinaria o fecal debes acudir a urgencias.
Si se retrasa el diagnóstico y el tratamiento, la hernia discal puede llegar a dañar las raíces nerviosas y causar un dolor crónico, parálisis parcial o pérdida del control de esfínteres irreversible.
Si tras 6 u 8 semanas de tratamiento conservador no se logra frenar las molestias, se requerirá cirugía.
Es necesario operar una hernia discal cuando:
- Hay pérdida de fuerza de extremidades superiores o inferiores.
- Dolor que no mejora con medicamentos.
- Alteración de esfínteres.
Hay varios tipos de cirugía, dependiendo del tipo de hernia discal que padece el paciente:
- En la cirugía de hernia discal lumbar, en Instituto Clavel optamos por una microdiscectomía o discectomia endoscópica lumbar. Ambas son técnicas mínimamente invasivas por las que se extrae el fragmento herniado y según el caso, el vaciado parcial del disco afectado. Si la base de la hernia es muy ancha, con compresión radicular bilateral o asociada a otras patologías, se realizará una artroplastia discal (ADR), en la que se reemplaza el disco dañado por una prótesis discal artificial. Si no es posible reemplazar el disco porque la columna vertebral del paciente padece patología degenerativa severa u otra condición que lo impide, se recurrirá a la artrodesis o fusión.
- En la cirugía de hernia discal cervical se optará por la microdiscectomía cervical, por la vía anterolateral para intentar la mínima manipulación de los nervios y la médula. Después será necesario el reemplazo del disco gastado por uno artificial, mediante la cirugía de ADR. Esto permite al paciente conservar la movilidad natural de su columna.
La recuperación tras la operación, gracias a las técnicas mínimamente invasivas, es más rápida. No obstante, será necesario incorporar las actividades de la vida diaria poco a poco, según las indicaciones del especialista. Los tiempos dependerán del estado general de salud del paciente y de su estilo de vida. La rehabilitación después de una cirugía de hernia discal es importante para volver a tu vida cotidiana cuanto antes. En Instituto Clavel contamos con especialistas en columna vertebral que llevarán a cabo un plan individual correspondiente a tu estado y actividad.
En el siguiente artículo, el Dr. Pablo Clavel nos habla de la importancia de la rehabilitación y de los tipos de ejercicios que podemos realizar tras someternos a una cirugía de hernia.
Ejercicios después de una operación de hernia
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Categorías: Cirugía, Dolor cervical, Dolor lumbar