Ante esta pregunta debemos decir que no hay una única respuesta. El tiempo que tarda en desarrollarse un tumor cerebral desde su nacimiento hasta que la persona comienza a presentar síntomas puede variar dependiendo de la agresividad del tumor. En el siguiente artículo ampliamos este tema.
Cuanto más agresivo es un tumor, más rápida es su evolución. En términos generales, un tumor cerebral puede tardar varios meses o incluso años en desarrollarse. El glioblastoma es el cáncer cerebral más frecuente y agresivo. Su habilidad para pasar desapercibido ante el sistema inmunitario y crecer, lo convierte en uno de nuestros primeros ejemplos.
Pero antes de explicarte más en detalle los efectos de los glioblastomas, es conveniente definir antes el término glioma; el cual se utiliza para hablar de tumores primarios, es decir, aquellos que crecen el propio tejido cerebral. Se estima que el 33% de los tumores cerebrales son gliomas.
Tumores cerebrales más comunes
Existen dos escenarios posibles a la hora de hablar de un tumor cerebral: cuando se desarrolla directamente en el cerebro. A este se le conoce como tumor cerebral primario. Pero cuando surge en otra parte del cuerpo y se extiende hacia el cerebro, hablamos de un tumor cerebral secundario o metastásico.
El glioma es considerado uno de los tumores cerebrales primarios más comunes. Según su tamaño y dónde esté ubicado puede afectar la función cerebral y tener un índice de riesgo bastante alto. Entre los tipos de gliomas encontramos los siguientes: astrocitomas, ependimomas, oligodendrogliomas.
Este tipo de tumores son más comunes en adultos con edades entre los 45 y 65 años. Sin embargo, no quiere decir que los más jóvenes no puedan llegar a sufrirlos. Hay registros de tumores cerebrales como los ependimomas y los astrocitomas pilocíticos que han sido diagnosticados en niños y adultos jóvenes.
Tipos de tumores cerebrales malignos
Los científicos han identificado que el glioblastoma genera una alteración bioquímica y molecular que provoca la resistencia a la radioterapia y la quimioterapia. Su elevada capacidad invasiva y su crecimiento descontrolado hace que sea un tumor especialmente difícil de tratar.
Pero, ¿cómo consigue este tumor burlar el sistema de defensa del cuerpo y crecer sin que nada se lo impida? El último hallazgo científico podría convertirse en un aporte fundamental para ayudar a frenar la progresión de este cáncer cerebral. El glioblastoma secuestra las células que rodean los vasos sanguíneos del cerebro, que además forman parte de la barrera que lo protege.
De esta forma, desactiva la función antitumoral que poseen estas células, conocidas como pericitos, y las obliga a trabajar en el desarrollo y expansión del tumor. Por lo tanto, los pericitos dejan de ser células defensoras para convertirse en enemigas invasoras. A pesar de que el desarrollo de este tumor se ha estudiado por décadas, los tratamientos todavía no han logrado un incremento significativo de la supervivencia en pacientes que lo padecen.
A continuación, enumeramos otros tipos de tumores cerebrales malignos:
- Astrocitoma de bajo grado y anaplásico: un astrocitoma es un tumor de menor agresividad, por lo que, usualmente crece de manera lenta y no representa un riesgo inmediato; mientras que los anaplásicos son mucho más agresivos y crecen con mayor rapidez. El astrocitoma es un tipo de cáncer que se forma en las células llamadas astrocitos, las cuales brindan apoyo a las neuronas.
- Oligodendroglioma anaplásico: es un tumor primario del sistema nervioso central, puede aparecer tanto en el cerebro como en la médula espinal. Es muy agresivo, por lo que su crecimiento es rápido, y además, puede diseminarse rápidamente a otras áreas del sistema nervioso central.
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Síntomas y diagnóstico
Ahora bien, si quieres saber cómo se detecta un tumor cerebral, debes tener presente que va más allá de evaluar los síntomas que experimenta el paciente. Para tener seguridad a la hora de dar un diagnóstico, el médico tendrá que poner en marcha un examen clínico. Este examen tiene como objetivo identificar alguna manifestación neurológica en el cuerpo.
Por ejemplo, durante el estudio el médico podría descubrir que el paciente no levanta igual el brazo derecho que el izquierdo, que la pierna izquierda está más lenta que la derecha o que hay una desfiguración en el rostro. Además, a través de un oftalmoscopio puede observar la retina del paciente, y si se encuentra con una pupila hinchada, es una señal de que hay compresión en el cerebro.
Esta clase de hallazgos sumados a síntomas como dolores de cabeza y náuseas que no son regulares, convulsiones o debilidad en las extremidades del mismo lado del cuerpo, acercan al especialista a un diagnóstico. Sin embargo, el siguiente paso será someter al paciente a una última serie de exámenes que detectan de manera muy precisa el tumor cerebral:
- Resonancia magnética
- Tomografía computarizada
- Espectroscopía
Estos tumores malignos se dividen en grados, que básicamente informan al médico sobre la gravedad del estado del paciente. El grado describe el crecimiento o avance del tumor, que como mencionamos anteriormente, dependerá mucho de lo agresivo que es. El especialista necesitará saber el grado para ayudarle al paciente a decidir qué tipo de tratamiento es el más adecuado.
Cuando se trata de un astrocitoma, por ejemplo, el médico se referirá a un grado en específico que puede estar entre 1 y 4, el cual indica la capacidad de propagación, infiltración y destrucción del tejido cerebral sano.
En este momento es importante que el paciente aclare todas sus dudas al respecto. Entre las consultas que pueden surgir y para las cuales el médico tendrá una respuesta, están las siguientes:
- ¿Podría explicarme lo que significa la etapa en mi caso concreto?
- ¿Cuál es el siguiente paso?
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Opciones de tratamiento
Existen varias formas de tratar un tumor, las cuales se dividen en dos grupos específicos: tratamientos locales o sistémicos. Cuando hablamos de un tratamiento que no afecta el resto del cuerpo, como la cirugía o la radioterapia, entonces se habla de un tratamiento local. Sin embargo, cuando dicho tratamiento puede alcanzar las células cancerosas en cualquier parte del cuerpo, como ocurre con la quimioterapia, decimos que se está frente a un tratamiento sistémico.
El especialista elegirá el plan de tratamiento que mejor se adecue a su caso y este dependerá de factores como:
- ¿Dónde está ubicado el tumor?
- ¿En qué etapa está?
- ¿Qué edad tiene el paciente?
- ¿Qué otros problemas tiene el paciente?
- ¿Qué probabilidades tienen estos tratamientos de curar el tumor o ser útiles?
- ¿Cómo afectará el tratamiento las facultades de habla, respiración o alimentación del paciente?
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Categorías: Tratamientos cerebrales, Enfermedades cerebrales, Cirugía