La resección de un tumor cerebral, a pesar de ser benigno, requiere de un riguroso protocolo postoperatorio. Desde el Instituto Clavel, como especialistas en neurocirugía, explicamos en qué consiste.
Como ya explicamos en otro artículo de nuestro blog, hay tumores que requieren de extirpación quirúrgica a pesar de mostrar características radiológicas de benignidad. Es el caso de los tumores cerebrales benignos, siendo especialmente importante la preparación quirúrgica en aquellas lesiones situadas en áreas elocuentes del cerebro como las relacionadas con el lenguaje o el córtex motor, en las que se pueden producir déficits neurológicos severos.
Además, es importante remarcar que, aunque un tumor manifieste signos de benignidad en el momento del diagnóstico, su naturaleza puede cambiar a lo largo del tiempo y pueden malignizar. Este hecho se une al posible efecto de masa y la infiltración del tejido cerebral subyacente que puede condicionar la aparición de síntomas que perjudiquen la calidad de vida del paciente. La extirpación quirúrgica de estas lesiones contribuye a controlar los síntomas del paciente, mejorando notablemente su calidad de vida y contribuyendo a prolongar su esperanza de vida.
Es normal que, ante el diagnóstico de una lesión cerebral, el paciente se pregunte cómo será la recuperación y cuándo podrá llevar a cabo una vida normal. Esto, por supuesto, dependerá de varios factores como el estado de salud global del paciente previo a la cirugía, los síntomas causados por el tumor y el desarrollo de la intervención quirúrgica. No obstante, en el Instituto Clavel seguimos un riguroso protocolo tras la resección tumoral que favorece la seguridad del paciente y que explicamos a continuación.
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Una vez realizada la cirugía, el paciente es trasladado a la UCI, donde permanecerá en observación durante al menos 24 horas. Este paso se hace con todos los pacientes, aunque salgan despiertos del quirófano, para favorecer el control de constantes vitales, del nivel de consciencia y del estado neurológico general durante el postoperatorio.
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Pasado este periodo de observación, el paciente pasa a planta donde se iniciará su movilización de forma progresiva. Esta dependerá, como decíamos, del estado neurológico previo del paciente y el tipo de cirugía a la que ha sido sometido. Tras el procedimiento el paciente puede ser perfectamente autónomo o requerir la labor de un fisioterapeuta para trabajar la pérdida de fuerza o la estabilidad al andar.
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El ingreso tendrá una duración de entre 4-5 días, generalmente. Si todo evoluciona favorablemente, este tiempo será suficiente para que el paciente regrese a su casa de forma segura.
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Una vez dado de alta, recomendamos a nuestros pacientes que realicen una rehabilitación personalizada. Incluso en aquellos casos en los que la motricidad se conserve de forma íntegra, es recomendable para recuperar la masa muscular que se haya podido perder durante el ingreso.
En el Instituto Clavel trabajamos de forma coordinada con fisioterapeutas y osteópatas de FisioSpine que conocen la patología del paciente y la operación a la que han sido sometidos, por lo que la rehabilitación está totalmente enfocada a sus necesidades.
Si necesita más información acerca de nuestros tratamientos cerebrales, le animamos a que visite esta sección de nuestra web donde encontrará más detalles acerca de la resección tumoral, así como de otros procedimientos tales como la biopsia cerebral o la descompresión microvascular.
Por supuesto, si lo que necesita es atención personalizada, no dude en contactar con nosotros directamente.
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