Cuando se diagnostica la enfermedad de Parkinson en pacientes de entre 21 y 40 años, se habla de Parkinson Juvenil o de inicio precoz. Aunque los síntomas son en su mayoría iguales a cualquier edad, los jóvenes suelen experimentar la enfermedad de forma distinta por sus circunstancias vitales únicas.
La mayoría de las personas que desarrollan el Parkinson son mayores de 60 años, por lo que suelen pasarse por alto en los jóvenes, por lo que muchos no se diagnostican o se diagnostican erróneamente.
Una vez diagnosticado, el Parkinson Juvenil suele tener un ritmo de progresión mucho más lento que en los pacientes mayores, debido a que en parte los jóvenes tienen menos problemas generales de salud y son más capaces en los tratamientos de fisioterapia.
¿Qué es la enfermedad de Parkinson?
El Parkinson es un trastorno neurodegenerativo crónico que afecta principalmente a la función motora, aunque también puede afectar a otros aspectos de la salud. Esta condición ocurre debido a la pérdida gradual de células nerviosas en una parte específica del cerebro que produce la dopamina, un neurotransmisor crucial para el control del movimiento.
Los principales síntomas del Parkinson son: el temblor en reposo puede ser leve al principio e ir empeorando con el tiempo; rigidez muscular y dificultad en el movimiento; problemas de equilibro y postura, aumentando el riesgo de caídas; y otros síntomas como trastornos del sueño, cambios en la función cognitiva, problemas urinarios…
Síntomas del Parkinson
Aunque la enfermedad de Parkinson de inicio juvenil es similar en muchos aspectos a la enfermedad de Parkinson en adultos, presenta algunas diferencias en cuanto a los síntomas y el manejo:
- Rigidez muscular y lentitud de movimientos. Al igual que en el Parkinson en adultos, la rigidez muscular y la bradicinesia (lentitud de movimientos) son síntomas prominentes.
- Temblor. Aunque el temblor puede no ser tan prominente como en los adultos, algunos pacientes juveniles también pueden experimentar temblores, especialmente en las manos o extremidades.
- Problemas de equilibrio y coordinación. Dificultades para mantener el equilibrio y problemas de coordinación pueden ser más pronunciados en los casos de Parkinson juvenil.
- Alteraciones cognitivas. Algunos pacientes juveniles pueden experimentar problemas cognitivos, como dificultades en la memoria, el razonamiento y la toma de decisiones.
- Trastornos del sueño. Problemas para conciliar el sueño o mantener un patrón de sueño regular pueden ser síntomas que se presentan en personas jóvenes con Parkinson.
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Más sobre los síntomas del Parkinson
Tratamientos del Parkinson Juvenil
El tratamiento del Parkinson Juvenil sigue líneas similares al tratamiento del Parkinson en adultos, aunque puede haber diferencias en cuanto a las dosis de medicamentos y la estrategia de manejo:
- Medicamentos. Se pueden recetar medicamentos que aumenten los niveles de dopamina en el cerebro para ayudar a controlar los síntomas motores, aunque se debe tener cuidado en la selección de dosis y fármacos debido a la sensibilidad y el desarrollo en curso del paciente.
- Terapia física y ocupacional. La fisioterapia y la terapia ocupacional son fundamentales para ayudar a mantener la movilidad, la flexibilidad y la independencia en las actividades diarias.
- Apoyo emocional y psicológico. Es importante proporcionar un entorno de apoyo emocional, tanto para el paciente como para la familia, ya que el diagnóstico de Parkinson juvenil puede ser desafiante.
- Seguimiento médico especializado. Es crucial el seguimiento con un equipo médico especializado en trastornos del movimiento y enfermedades neurológicas en niños y adolescentes.
- Educación y planificación. Es importante educar a los pacientes, a sus familiares y cuidadores sobre el Parkinson juvenil y planificar el tratamiento a largo plazo y los ajustes según sea necesario.
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