La pandemia del COVID-19 nos ha obligado a posponer muchos planes, pero si hay algo que no puede esperar es la salud. Hablamos con Luis Pareja, un residente de República Dominicana que no dudó en viajar a España para acabar con su dolor lumbar en Instituto Clavel.
Volar desde República Dominicana hasta España no era un hecho destacable hasta hace tan solo unos meses. Sin embargo, antes del fin del estado de alarma cualquier viaje, aun estando justificado, se convirtió en toda una proeza.
A pesar de todo, hay circunstancias en las que no se puede esperar y una enfermedad es, sin duda, una de ellas. En Instituto Clavel hemos sido conscientes de ello en todo momento por lo que, desde el inicio de la pandemia, nos pusimos a trabajar en los medidas de seguridad necesarias y pudimos reanudar la actividad en nuestros quirófanos en abril.
Gracias a ello, Luis Pareja pudo viajar a Barcelona a finales de mayo para someterse a una cirugía de revisión de una intervención anterior el 3 de junio y decir adiós al dolor. ¡Conoce su historia en primera persona!
En 2018 se operó de artrodesis en otra clínica y todo fue bien hasta septiembre de 2019, momento en el que volvió a sentir dolor, ¿cuándo le recomendaron que era necesario volver a intervenirse quirúrgicamente?
Me lo recomendaron a principios de marzo de 2020. No fue en Instituto Clavel, fue otro neurocirujano.
¿Consideró otros países para operarse? ¿Por qué decidió finalmente venir a Instituto Clavel?
Sí, estuve analizando República Dominicana, que es donde vivo y trabajo. También Estados Unidos, Suiza y España. Me decidí por una sencilla razón, porque la respuesta que me dio el doctor Clavel fue la mejor.
¿Cómo los conoció?
Los conocí a través de Internet y, además, gracias a referencias que pedí a personas para que me indicaran quién era el doctor Clavel y su clínica.
¿Cuánto duró el proceso de valoración y cita online?
Primero me hicieron un cuestionario y después me dieron la posibilidad de realizar una entrevista o una cita médica por Internet, porque yo estaba a 8.000 km. Para ello, antes tenía que enviar las pruebas que me habían hecho en los últimos meses.
El problema es que la ley de protección de datos en República Dominicana no permite hacerlo en un formato que sea fácilmente enviable de un sitio a otro. Tuve que adaptar el formato del disquete que me dieron para poder enviárselas al doctor Clavel. Creo que tardé una semana y, entonces, se fijó la entrevista.
¿Se sintió cómodo haciéndolo por videollamada?
Siempre es mejor hacerlo presencial, pero yo creo que aquí juega a favor el carácter del doctor Clavel, su capacidad para infundir tranquilidad y hacer que te sientas cómodo.
¿Cuántas videoconferencias tuvo hasta que se le asignó la cita presencial?
Tuve la entrevista y en ella me hicieron una recomendación. Me lo pensé, la comparé con otras recomendaciones que tenía de otros neurocirujanos y como me pareció la mejor, me decidí. Después tuve que buscar un vuelo trasatlántico en mitad del COVID.
¿Tuvo problemas para viajar hasta España por la crisis del COVID-19?
Sí, no fue nada fácil. Cogí un vuelo de repatriación de españoles organizado por la compañía aérea y el Ministerio de Asuntos Interiores. Tuve que viajar a Madrid y después ir a Barcelona a operarme, lo cual sí fue fácil, la parte difícil fue la del vuelo.
¿Necesitó un permiso de las autoridades para viajar?
No, yo tenía las cartas del doctor, que podía mostrar a quién preguntara por mi motivo para viajar a España. Evidentemente, estaba haciendo un vuelo internacional con aeropuertos cerrados.
¿Fue incómodo viajar con su patología?
No, tomé buenas medicinas y en esta patología tienes momentos pico y momentos valle y, afortunadamente, el viaje me correspondió con un momento valle. Eso es cuestión de suerte. Así que no tuve que seguir ninguna recomendación especial.
¿Se realizó la prueba del COVID-19 al llegar a España?
Me había hecho una en República Dominicana y después en España me hicieron otra en Barcelona, en el hospital.
¿Cuál fue su primera impresión del hospital y del equipo médico?
Los vi muy activos e integrados en un hospital de mucha reputación como es Quirón. Recibí un tratamiento e inmediata respuesta personalizada y especializada por parte de enfermeras y asistentes.
¿Se sintió seguro en Instituto Clavel?
Una vez que llegué a Barcelona los taxis estaban protegidos. Vas al hotel pequeñito que te recomiendan y no ves a nadie, eres casi el único cliente del hotel, lo cual es muy bueno. Luego vas a hacerte las pruebas del COVID en el hospital Quirón y aunque había muchísima gente, todos eran muy educados.
La cola la hizo una enfermera del Instituto Clavel por mí: Sonia Hernández. Estuvo todo el tiempo esperando por mí y yo mientras estuve sentado. Hay muy pocos sitios en el mundo en el que una enfermera haga la cola por ti, el comportamiento y la calidad fue excelente.
¿Cómo fue la cirugía?
La cirugía era bastante compleja, creo que hay pocos sitios en el mundo en los que te ofrecen la posibilidad de hacerla por abordaje anterior y posterior a la vez. Las ofertas que tenía de otros centros eran o hacerla anterior o hacerla posterior, hacerlo a la vez era algo verdaderamente muy interesante.
Creo que la sincronización que hace el doctor Clavel sobre esta cirugía es de un alto valor. Es un equipo muy coordinado, con un alto nivel de entendimiento de la patología que tienes, una solución global y un equipo quirúrgicamente muy organizado. Además, el hospital Quirón es un centro que no da ninguna duda de su capacidad técnica y la verdad es que algo que era duro, lo hicieron profesionalmente muy correcto.
Ingresé el mismo día de la operación, a las 7 de la mañana y la operación fue a las 9 y media. Duró unas dos horas y media.
¿Cómo se sintió al despertar de la cirugía?
Muy bien. Fue un despertar inmediato en la sala de reanimación con enfermeras pendientes de la evolución.
¿Cuántos días estuvo ingresado?
Cinco días. Pedí el máximo que me pudieran dar porque claro, yo no tenía mi casa y, además, no soy partidario de que en este tipo de operaciones te operen y salgas corriendo, porque algunas salen mal.
¿Cuándo pudo empezar a caminar?
A las 12 horas de la operación en pasos cortos. Cada día iba avanzando bajo la supervisión del fisio, que continuó en FisioSpine.
¿Cuántas citas tuvo en FisioSpine después de la cirugía?
Tuve 5 o 6, de dos horas cada una. Fue una de mis peticiones, estar una semana más en Barcelona, para tener la tranquilidad de que iba a tener la máxima atención. Después de los cinco días podía surgir un problema y yo no quería moverme de Barcelona. Entonces, ellos me dieron la posibilidad de aprovechar el tiempo con la atención de un fisio para mejorar y hacer más rápida la recuperación. De paso, yo aproveché y pedí que trabajaran también las cervicales donde tengo un problema. Esta actuación fue excelente.
La ventaja de estar en un periodo COVID es que, como no hay aglomeración y no suele haber colas, tú puedes tener a los mejores.
Una vez que se marchó de Barcelona, ¿qué recomendaciones le dieron para su rehabilitación?
Me han dado páginas con ejercicios que tengo que realizar. Tengo que andar, tomar medicamentos... Está muy bien pautado y además todas las dudas están resueltas.
¿Ha acudido a alguna cita de revisión en la clínica de Madrid?
Tendré un seguimiento el día 7 de julio en Madrid, antes de volar el 16 a América. A los tres meses tendrá que ser por conferencia y para Navidades vuelvo otra vez, así que podré acercarme a Barcelona o a Madrid.
Tras varios días desde la cirugía, ¿cómo se encuentra ahora?
El peligro está en lo bien que me encuentro porque me puedo relajar, puedo hacer lo que no debo, así que me tengo que frenar. Hay noches que me duele un poco más, tengo que cambiar de postura y no puedo estar mucho tiempo sentado, pero lo voy manejando con prudencia. Digamos que me encuentro tan bien que el problema es que sea imprudente, ese es el riesgo que corro.
¿Cómo valora la experiencia en Instituto Clavel, se la recomendaría a otros pacientes?
Ya lo he hecho.
Mira, para ser bueno de verdad tienes que competir en el mercado internacional, entonces es cuando sabes lo que hay, cuando te superas. Cuando tienes clientes de 30 países diferentes, te esfuerzas de verdad. Y eso es lo que le pasa a Instituto Clavel, que está internacionalizada y por eso es tan buena.
Entonces, a pesar de la circunstancia del COVID, ¿se alegra de haber viajado para operarse en este momento?
Es mejor porque no tienes aglomeración e, incluso, tienes más simpatía de la gente. Yo no me arrepiento, aparte que a mí profesionalmente me venía mejor en este periodo.
Imagino que a muchos les frena el miedo...
Hay que convivir con el miedo, no solo al Covid. Y después ser responsable, porque que un amigo te lleve a Barcelona conduciendo a 200 km por hora es mucho más peligroso que el Covid, el límite está en la responsabilidad y ya está. El problema es que también hay que estar pendiente de la responsabilidad de otros. El pueblo español, en general, es bastante disciplinado y obediente y, aunque hay de todo, al final encuentras más gente responsable y se puede reducir el riesgo, que es lo relevante. En este caso fue diluido, bien aprovechado y una operación que, por ahora, va bien.
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